Una familia de cuatro miembros viajó a Puerto Rico de vacaciones. Se alojaron en un condominio frente a la playa. Poco después de llegar, las dos hijas veinteañeras decidieron dar un paseo por la zona de la piscina, bajando unos escalones, para ver el océano. Al volver a la escalera desde la playa, una hermana se agarró a la alambrada para apoyarse al subir la escalera. Inmediatamente empezó a recibir una descarga eléctrica del cable. Al intentar liberar a su hermana, las otras jóvenes también entraron en contacto con el cable y empezaron a electrocutarse también. Con la ayuda del padrastro de las niñas, ambas pudieron liberarse del cable: pero no antes de sufrir graves lesiones por electrocución. Estaba claro que la Asociación de Propietarios había hecho reformas en la zona de la piscina que permitían el paso de corriente eléctrica a los cables en determinadas condiciones, según nuestro experto en ingeniería eléctrica. Las lesiones fueron evaluadas por el Instituto de Investigación de Traumatismos Eléctricos de Chicago («CETRI»). Tras una amplia investigación y los informes periciales de nuestro ingeniero eléctrico y de varios médicos y profesionales sanitarios, el caso se resolvió por un millón de dólares: la totalidad de la póliza de seguros de la Asociación de Propietarios. Descargar la denuncia